Una dieta basada en plantas se centra principalmente en alimentos derivados de plantas, como frutas, verduras, frutos secos, semillas, aceites, cereales integrales, legumbres y alubias. Este enfoque dietético hace hincapié en el consumo de alimentos integrales mínimamente procesados y puede contribuir a mejorar la salud, la sostenibilidad medioambiental y el bienestar animal.