Cuando la gente piensa en las amenazas a la Antártida, se imagina el deshielo de las capas de hielo, pingüinos hambrientos o ballenas en peligro de extinción. Pero el verdadero culpable de gran parte de esta destrucción es un diminuto crustáceo parecido a un camarón: El krill antártico.

La mayoría de la gente nunca ha oído hablar del krill, y sin embargo es la columna vertebral del ecosistema antártico. Ballenas, focas, pingüinos y otras innumerables especies dependen del krill como principal fuente de alimento. Y eso no es todo: el krill también desempeña un papel sorprendente en la lucha contra el cambio climático. Al consumir fitoplancton rico en carbono y excretarlo en las profundidades del océano, ayudan a retener millones de toneladas de dióxido de carbono cada año.

Un Krill Antártico Fuente: Por Krill666.jpg: Uwe Kils CC BY-SA 3.0

Pero aquí viene lo chocante: la humanidad está llevando a las poblaciones de krill al borde del colapso. Un asombroso 80% de la biomasa de krill ha desaparecido desde la década de 1970. Si esto continúa, podría desencadenar una reacción ecológica en cadena que devastara la Antártida y acelerara el cambio climático global.

¿Por qué ocurre esto? Una tormenta perfecta de amenazas

El krill se enfrenta al doble golpe del cambio climático y la pesca industrial. Desglosémoslo:

  1. Cambio climático y deshielo
    El krill depende del hielo marino para sobrevivir. Se alimentan de algas que crecen en la parte inferior de los témpanos de hielo y utilizan el hielo como refugio frente a los depredadores. A medida que el hielo antártico desaparece debido al aumento de las temperaturas, el krill pierde su hábitat y su fuente de alimento. Sin suficiente krill, todo en la red alimentaria -desde los pingüinos hasta la gran ballena azul- corre el riesgo de morir de hambre.

  2. Pesca industrial de krill
    Por si el cambio climático no fuera suficientemente malo, las flotas pesqueras industriales de naciones como China, Noruega y Corea del Sur están recogiendo krill por cientos de miles de toneladas. ¿Por qué? Para convertirlo en alimento para peces de acuicultura, suplementos dietéticos e incluso comida para mascotas. Estos diminutos crustáceos -vitales para la salud del planeta- se trituran en polvo para alimentar al salmón de piscifactoría o se venden como píldoras de "aceite de krill omega-3" para consumo humano.

  3. Greenwashing y normativa laxa
    Aunque algunas pesquerías de krill presumen de "certificaciones de sostenibilidad", los críticos han calificado estas afirmaciones de "greenwashing". Estas certificaciones a menudo no tienen en cuenta los efectos más amplios del cambio climático, la pérdida de hábitat y las capturas accesorias. Además, las cuotas de pesca actuales, reguladas por la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), se consideran en general inadecuadas dado el rápido declive de las poblaciones de krill.
Fuente: Sea Shepherd


Por qué debería aterrorizarte

Puede que el krill no parezca gran cosa, pero es la piedra angular del ecosistema de la Antártida. Si se elimina el krill, toda la red alimentaria de la Antártida se colapsa. Imagina un Océano Antártico sin pingüinos, focas ni ballenas. Esto no es ciencia ficción: es una posibilidad muy real si la pesca industrial continúa sin control.

Pero las implicaciones van más allá de la vida salvaje. El krill ayuda a mitigar el cambio climático atrapando carbono en las profundidades oceánicas. Sin ellos, quedaría más dióxido de carbono en la atmósfera, acelerando el calentamiento global. Esencialmente, estamos desmantelando una de las defensas climáticas naturales de la Tierra al destruir el krill.

Krill antártico seco Fuente: karimitsu (Canva Royalty Free)

Dentro de la máquina de pesca industrial

La pesca industrial de krill es una industria de miles de millones de dólares impulsada por buques de alta tecnología y métodos de recolección innovadores. Empresas como Aker BioMarine utilizan tecnologías avanzadas, incluidos drones marinos exploradores de krill, para localizar y extraer krill de forma eficiente. Estos barcos pueden bombear krill vivo directamente del océano, minimizando el tiempo pero maximizando la captura. Es como una aspiradora para el océano, y ocurre en aguas repletas de ballenas, focas y pingüinos.

La campaña 2023 de Sea Shepherd sacó a la luz imágenes espeluznantes de arrastreros industriales faenando peligrosamente cerca de las zonas de alimentación de las ballenas. Las imágenes de ballenas nadando en medio de enormes flotas pesqueras de krill desataron la indignación internacional, demostrando que no se trata sólo de crustáceos, sino de la supervivencia de la especie más emblemática de la Antártida.

Contraatacar: Operación Defensa de la Antártida

En medio de esta crisis, organizaciones como Sea Shepherd luchan por proteger la Antártida. Su Operación Defensa de la Antártida ha arrojado luz sobre la industria pesquera del krill, revelando sus devastadoras consecuencias ecológicas. En 2023, presionaron con éxito para bloquear un aumento propuesto de las cuotas de pesca de krill.

De cara al futuro, Sea Shepherd está redoblando sus esfuerzos. Sus objetivos incluyen:

  • Abogar por la ampliación de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) que prohíban totalmente la pesca de krill.
  • Documentar las flotas industriales de krill y denunciar sus prácticas destructivas.
  • Movilizar la indignación mundial para presionar a favor de una normativa internacional más estricta.

¿Su última exigencia? Una cuota de captura cero de krill, que garantice que ninguna flota industrial explote este recurso vital.

La dieta principal de las ballenas azules es el krill -pequeñosanimales parecidos a las gambas-, pero también los peces y los copépodos (crustáceos diminutos).

¿Qué hay que cambiar?

Salvar al krill antártico -y, por extensión, a la propia Antártida- requiere un enfoque múltiple:

  1. Cuotas más estrictas: La CCRVMA debe imponer límites mucho más estrictos a la pesca del krill o prohibirla totalmente en determinadas zonas.
  2. Áreas Marinas Protegidas: Ampliar las zonas de prohibición de pesca en el Océano Austral es fundamental para salvaguardar el krill y las especies que dependen de él.
  3. Acción de los consumidores: Los consumidores pueden presionar a las marcas y a los minoristas para que dejen de vender productos a base de krill. Boicotear los suplementos y alimentos para mascotas a base de krill envía un mensaje claro a la industria.
  4. Cooperación mundial: Los gobiernos y las ONG deben trabajar juntos para abordar las causas profundas del declive del krill, incluidos el cambio climático y la sobrepesca.

¿Qué puedes hacer?

No necesitas ser biólogo marino o científico del clima para ayudar. He aquí cómo puedes marcar la diferencia:

  • Apoya a organizaciones como Sea Shepherd y la Fundación Bob Brown.
  • Infórmate a ti mismo y a los demás sobre los peligros de la pesca del krill.
  • Exige transparencia a las empresas que venden productos a base de krill.
  • Defender cambios políticos que protejan el frágil ecosistema de la Antártida.

Lo esencial

El futuro de la Antártida es inseparable del destino del krill. Estas diminutas criaturas son algo más que una fuente de alimento: son guerreros del clima, ingenieros del ecosistema y un salvavidas para innumerables especies marinas. Permitir que la codicia industrial los destruya no sólo es imprudente; es suicida para el planeta.

Ahora es el momento de actuar. Detengamos la pesca de krill antes de que sea demasiado tarde, por la Antártida, por la vida salvaje y por nosotros mismos.