Últimamente se ha hablado mucho del descenso de las ventas de carne de origen vegetal, y algunos sugieren que indica un menor interés por la alimentación vegetal en general. Pero, ¿es realmente así? Un análisis más detallado de los datos y las tendencias de consumo sugiere una realidad más matizada, que se refiere más a los cambios del mercado que a un rechazo generalizado de los alimentos vegetales.

Una visión más amplia

Es cierto que las ventas al por menor en EE.UU. de productos cárnicos de origen vegetal cayeron un 12% en 2023, y en el Reino Unido, las ventas descendieron un 13,6%. Algunos medios de comunicación han tomado esto como prueba de que el movimiento a base de plantas en general se está desvaneciendo. Sin embargo, centrarse únicamente en estas cifras ignora el hecho de que las preferencias de los consumidores están cambiando, en lugar de desaparecer.

Dos gráficos lineales que muestran el descenso de las ventas de carne de origen vegetal entre 2021 y 2023. El gráfico de la izquierda muestra las ventas en dólares, mientras que el de la derecha muestra las ventas en unidades.
Las ventas de carne de origen vegetal han descendido desde 2021, tanto en ventas unitarias como en ventas en dólares. Fuente: Instituto de la Buena Alimentación,

Aunque algunas alternativas a la carne de origen vegetal han tenido dificultades, la demanda de proteínas alternativas sigue existiendo. Otros sectores, como los lácteos vegetales y las proteínas vegetales integrales, siguen creciendo. Por ejemplo, el mercado mundial del tofu se valoró en 2.800 millones de dólares en 2023 y se prevé que alcance los 4.300 millones en 2032. Esto sugiere que los consumidores siguen abiertos a las opciones vegetales, pero se están volviendo más selectivos con lo que compran.

¿Por qué disminuyen las ventas?

Una de las razones del descenso de las ventas de carne de origen vegetal es que muchos productos no han satisfecho las expectativas de los consumidores. Todos hemos probado un producto de origen vegetal que nos ha decepcionado por su sabor y textura, mientras que otras alternativas tienen un precio más elevado que sus homólogos convencionales. En una época de incertidumbre económica, el coste es un factor importante en las decisiones de compra, y muchos consumidores optan por fuentes de proteínas más asequibles, ya sea carne tradicional, alimentos vegetales integrales u otras alternativas, como el tempeh.

Otro factor clave es la percepción de la salud. Algunos consumidores que inicialmente abrazaron las carnes de origen vegetal, ahora escudriñan las listas de ingredientes, recelosos de los productos ultraprocesados. Esto ha llevado a una creciente preferencia por opciones vegetales menos procesadas, como las alubias, las lentejas y las legumbres, que siguen siendo asequibles y están ampliamente disponibles.

Además, cada vez hay más personas influyentes en las redes sociales que están derribando las barreras para cocinar con formas menos procesadas de proteína de origen vegetal, ya sea creando recetas accesibles o simplemente normalizando el concepto de comer alubias en cada comida, como los miembros de los leguminati.

Gráfico que muestra las diferencias de precio entre 6 tipos de alternativas vegetales a la carne y el pescado. La diferencia media de precio es del 77%.
Las alternativas a la carne de origen vegetal suelen tener un precio muy superior al de la carne de origen animal. Fuente: Instituto de la Buena Alimentación,

¿Es sólo una tendencia?

Es fácil suponer que la alimentación basada en plantas era simplemente una moda pasajera alimentada por las redes sociales, pero la realidad es más compleja. El auge de las proteínas alternativas se ha visto impulsado por múltiples factores, como las preocupaciones medioambientales, las consideraciones sanitarias y los debates éticos. Aunque las redes sociales contribuyeron a popularizar estos productos, el interés de los consumidores por las opciones alimentarias sostenibles es anterior al reciente auge de las alternativas a la carne de origen vegetal.

"Lo que realmente hemos llegado a comprender es lo importante que es la capacidad para llegar al mercado de masas. Hay un claro apetito -mucha gente quiere realmente reducir el consumo de carne-, pero una gran barrera es que simplemente no saben cómo empezar. Por la razón que sea, los productos que tenemos ahora en las estanterías no acaban de conectar. Y es sorprendente, porque las carnes vegetales son realmente muy fáciles de cocinar, mucho más que las proteínas animales, que requieren una manipulación cuidadosa y tienen una vida útil más corta. ¿La buena noticia? Aquí hay un enorme potencial. Una vez que superemos esa brecha de concienciación, la categoría tendrá un verdadero margen de crecimiento". - Indy Kaur, Fundador - Plant Futures

Las tendencias también deben estudiarse a largo plazo, y no a lo largo de un par de años. Sería normal esperar fluctuaciones en el crecimiento de cualquier industria, sobre todo en una época de tanta inestabilidad geopolítica. Basar afirmaciones audaces sobre el declive de una industria tras sólo dos años de cambios en el mercado parece poco sincero.

¿Qué sigue para las proteínas alternativas?

En lugar de señalar el fin de la alimentación vegetal, este cambio en las ventas refleja una industria en transición. Las empresas que se adapten mejorando el sabor, la asequibilidad y la transparencia nutricional probablemente seguirán teniendo éxito. Mientras tanto, la demanda de los consumidores de diversas fuentes de proteínas -incluida la carne tradicional, las opciones vegetales y las alternativas emergentes como la carne cultivada- está configurando un panorama alimentario más dinámico.

Para los responsables políticos, las empresas y los consumidores, lo más importante no es que la alimentación vegetal esté desapareciendo, sino que está evolucionando. A medida que el mercado madura, la atención se aleja de la novedad y se centra en la calidad, la asequibilidad y la capacidad de elección. Tanto si la gente elige alimentos vegetales por motivos de salud, medioambientales o éticos -o prefiere las fuentes tradicionales de proteínas-, es probable que el futuro de la alimentación sea más inclusivo y diverso que nunca.