Esta mañana abrí Instagram y me encontré con un vídeo de alguien que me decía que las espinacas contenían un compuesto "nocivo" y "tóxico" llamado oxalatos. Al parecer, debería dejar de comerlas inmediatamente antes de que me salgan piedras en el riñón. Tenía más de 10.000 me gusta, y la influencer, que se autodenomina nutricionista, incluso puso algunas referencias en la pantalla. Parece algo legítimo, ¿verdad? Para mí, la afirmación sonaba bastante aterradora; ¡no quiero tener cálculos renales por culpa de los alimentos que como! Así que investigué un poco y llegué a la conclusión de que esta afirmación era demasiado exagerada.

No es la primera vez que me encuentro con una afirmación que me asusta sobre los alimentos que consumo habitualmente, y sé que no será la última. Hoy en día, cuando abres Instagram o TikTok, te bombardean con un sinfín de consejos sobre nutrición. Las personas influyentes de las redes sociales, los blogs, los canales de YouTube e incluso algunos medios de comunicación suelen hacer afirmaciones atrevidas sobre lo que debes o no debes comer. Te asustan con un alimento, y hacen que el siguiente parezca que puede curar el cáncer.

Entonces, ¿cómo puedes separar la ciencia de la ficción?

Identificar la información nutricional errónea puede ser complicado, sobre todo cuando se presenta de una forma que parece creíble. Esta guía te proporcionará estrategias clave que te ayudarán a detectar y evitar los consejos nutricionales engañosos en Internet.

1. Busca credenciales: ¿Quién está detrás del consejo?

El primer paso para evaluar cualquier consejo sobre nutrición es comprobar la cualificación de la persona que lo da. He aquí un rápido desglose de lo que debes buscar:

  • Dietistas titulados (RD o RDN): El patrón oro de los expertos en nutrición. Reciben una amplia formación, ejercen bajo supervisión y están legalmente regulados.
  • Nutricionistas Asociados o Registrados (ANtur o RNutr), o Especialistas en Nutrición Certificados (CNS): Estos profesionales tienen una titulación acreditada y experiencia en nutrición.
  • Profesionales médicos: Los médicos pueden dar consejos fiables, especialmente sobre las enfermedades relacionadas con la dieta, pero su formación en nutrición puede ser limitada.
  • "Expertos" no cualificados: Desconfía de los autoproclamados gurús de la dieta o de las personas influyentes que carecen de formación formal. Comprueba si sus cualificaciones coinciden con sus afirmaciones.

Bandera roja: Cualquier persona sin educación formal ni credenciales que se autodenomine "nutricionista" o "experto en dietas". Recuerda que, en muchos lugares, estos términos no están protegidos legalmente. No todos los que tienen una cualificación proporcionan consejos sólidos, como los médicos que promueven la dieta carnívora (piensa en Anthony Chaffee), así que sigue también los pasos que se indican a continuación.

2. Cuidado con las soluciones demasiado simplificadas

La nutrición es compleja. Nuestros cuerpos, dietas y salud están influidos por múltiples factores, así que sé escéptico ante los consejos que prometen una solución única para cuestiones complicadas.

Algunos ejemplos comunes son:

  • "Este alimento te hará perder peso".
  • "Evita este alimento y tus problemas de salud desaparecerán".
  • "Todos tus problemas están causados por [azúcar, gluten, carbohidratos, grasas]".

Bandera roja: Frases o términos demasiado generalizados como "superalimento" o "cura milagrosa". Los estudios científicos rara vez respaldan tales afirmaciones, ya que los resultados de la salud están influidos por muchos factores. Los profesionales que proporcionan consejos precisos rara vez, o nunca, harán afirmaciones tan atrevidas.

3. Cuidado con los titulares sensacionalistas y el clickbait

Si el titular de un artículo o vídeo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. El sensacionalismo se utiliza a menudo para generar clics, me gusta y compartidos, pero el contenido subyacente puede ser exagerado o incluso completamente falso.

Ejemplos de frases clickbait:

  • "El único alimento que los médicos no quieren que conozcas".
  • "¡No volverás a comer esta comida después de leer esto!"
  • "Un nuevo e impactante estudio demuestra que [la comida] te está matando".

Señales de alarma: Si el tono del contenido es alarmista o excesivamente dramático, es un fuerte indicador de desinformación. El sensacionalismo no es ciencia.

4. Comprueba las fuentes

La información nutricional fiable está respaldada por estudios creíbles revisados por expertos u organizaciones sanitarias respetadas como la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Institutos Nacionales de Salud (NIH) o la Asociación Dietética Británica (BDA). Cuando leas consejos en Internet, comprueba si las afirmaciones están respaldadas por pruebas científicas, organizaciones de prestigio o si se hace referencia a fuentes científicas revisadas por expertos.

Cómo detectar una buena fuente:

  • Investigación revisada por pares y publicada en revistas científicas.
  • Informes de organizaciones conocidas como la Asociación Americana del Corazón o el NHS.
  • Entrevistas con expertos acreditados (dietistas, doctores, médicos).

Bandera roja: Los blogs, las publicaciones en redes sociales o los sitios web que no citan ninguna fuente o se basan en gran medida en pruebas anecdóticas como "¡Probé esta dieta y me funcionó!" no son fiables. Las historias personales pueden ser interesantes, pero no son pruebas científicas. Los algoritmos de las redes sociales amplifican este problema mostrando a los usuarios más del mismo contenido con el que interactúan, creando cámaras de eco. Esto puede hacer que las afirmaciones falsas o no probadas parezcan más creíbles a través de la exposición repetida, incluso sin respaldo científico.

Por desgracia, a menudo la gente cita un estudio pero tergiversa lo que dice, así que hemos elaborado otro artículo sobre cómo saber si alguien está utilizando correctamente una fuente científica.

5. Busca conflictos de intereses

¿La persona que proporciona la información está intentando venderte algo? Muchas personas influyentes y sitios web promocionan productos -suplementos, planes dietéticos o alimentos "milagrosos"- de los que se benefician directamente. Ten cuidado cuando haya incentivos económicos de por medio, ya que los consejos pueden ser tendenciosos. El producto que venden suele ser una solución para el problema que "exponen" en sus plataformas. Piensa en la Diosa de la Glucosa, que afirma que los picos de glucosa perjudican nuestra salud, y luego vende una fórmula "antipicos" para solucionar el problema (un problema que no existe en primer lugar, con un producto cuya eficacia no se ha probado adecuadamente).

O la publicación podría proceder de una empresa con ánimo de lucro, como una que venda suplementos vitamínicos o bebidas con declaraciones específicas sobre la salud.

Qué hay que comprobar:

  • ¿Vende el sitio web algún producto relacionado con la afirmación (por ejemplo, suplementos o tés desintoxicantes)?
  • ¿El influencer está patrocinado por una empresa que promueve una dieta o un alimento específico?
  • ¿Declara el autor algún conflicto de intereses?

Señales de alarma: Si el consejo lleva directamente a comprar un producto concreto, sobre todo si no está respaldado por una investigación sólida, merece la pena cuestionarlo.

6. La falacia de la apelación a la naturaleza

Una táctica habitual en la desinformación nutricional es la falacia de "apelar a la naturaleza", según la cual un producto se comercializa como superior simplemente porque es "natural". Aunque comer alimentos integrales y mínimamente procesados puede ser beneficioso, el hecho de que algo sea "natural" no lo hace automáticamente mejor o más sano.

Algunos ejemplos son:

  • "Este suplemento natural desintoxicará tu cuerpo".
  • "Evita las vitaminas sintéticas; sólo las naturales son saludables".

Señales de alarma: "Natural" se utiliza a menudo como palabra de moda en marketing. Recuerda que el arsénico y las setas venenosas también son naturales, ¡pero no son buenas para ti!

7. Sé escéptico con los testimonios y las fotos de antes y después

Los testimonios y las espectaculares fotos del antes y el después pueden ser convincentes, pero a menudo se seleccionan para mostrar sólo los mejores resultados. No reflejan la experiencia media y rara vez tienen en cuenta factores individuales como la genética, el metabolismo o el estilo de vida.

Banderas rojas comunes:

  • Historias personales presentadas como prueba.
  • Fotos que parecen muy editadas o manipuladas.
  • Afirmaciones como "¡He perdido 9 kilos en un mes!".

Señales de alarma: Los testimonios que no van acompañados de pruebas científicas no son fiables. La pérdida de peso, la mejora de la salud u otros resultados dependen de diversos factores, y los resultados individuales pueden variar.

8. Cuidado con las teorías conspirativas

Algunas personas o sitios web difunden teorías conspirativas para desacreditar la ciencia de la nutrición bien establecida, a menudo promoviendo sus propios remedios o dietas alternativos. Éstas pueden ser muy persuasivas, sobre todo cuando aprovechan los temores a las "grandes farmacéuticas" o afirman que "el gobierno oculta la verdad sobre los alimentos". Si alguna vez has tenido una mala experiencia con un médico u otro profesional de la medicina, estas afirmaciones pueden tocarte la fibra sensible, haciéndolas parecer aún más creíbles.

Pero es importante reconocer que, aunque estas experiencias son válidas, no deshacen los sólidos cimientos de las directrices nutricionales. De hecho, muchas de estas directrices se basan en décadas de investigación que a menudo no se siguen en la vida cotidiana. La próxima vez que te encuentres con una afirmación sensacionalista, tómate un momento para preguntarte: ¿hay pruebas creíbles que la respalden, o se basa en el miedo o en anécdotas personales para parecer cierta?

Ejemplos:

  • "Los médicos no quieren que lo sepas porque les dejaría fuera del negocio".
  • "El gobierno oculta la cura del cáncer, pero esta dieta te salvará".

Bandera roja: Las afirmaciones basadas en conspiraciones son una importante señal de alarma. Los consejos sanitarios fiables no se basan en conspiraciones secretas ni en grandes planes. Busca recomendaciones basadas en pruebas.

9. Utiliza el sentido común

Por último, confía en tu instinto. Si algo suena demasiado extremo, demasiado fácil o demasiado milagroso, probablemente lo sea. Los consejos legítimos sobre salud rara vez son en blanco y negro; los buenos consejos sobre nutrición suelen implicar equilibrio, variedad y moderación.

Bandera roja: Las afirmaciones que prometen "resultados instantáneos" o "pérdida de peso sin esfuerzo" sin cambiar tu estilo de vida en general suelen ser falsas. Conseguir beneficios duraderos para la salud requiere tiempo y hábitos sostenibles.

10. Sigue el consenso

¿Qué dicen la mayoría de los profesionales y organizaciones sanitarias sobre el tema? Si el consejo va en contra de lo que dicen la mayoría de los expertos, es poco probable que sea cierto.

Ejemplo:

  • Defensores de la dieta carnívora: A pesar de décadas de investigación que demuestran los beneficios para la salud de una dieta equilibrada con frutas, verduras y cereales integrales, algunas personas influyentes promueven dietas extremas como la dieta carnívora, alegando que las plantas son tóxicas. Este punto de vista no cuenta con el apoyo de las principales organizaciones dietéticas o médicas.

Bandera roja: Si el consejo de alguien contradice lo que recomiendan la mayoría de los dietistas, médicos u organizaciones científicas reputados, especialmente sin pruebas científicas sólidas que lo respalden, acércate con precaución. La ciencia de la nutrición evoluciona constantemente, pero cuando la mayoría de los expertos están de acuerdo en algo, suele ser por una buena razón.

Conclusión: Mantente inteligente y escéptico

Internet puede ser una valiosa fuente de información, pero también alberga mucha desinformación. Para protegerte, comprueba siempre las credenciales de la persona que te aconseja, verifica sus afirmaciones con fuentes fiables y utiliza tu sentido común. La desinformación no sólo puede hacerte perder tiempo y dinero, sino que también puede perjudicar tu salud. Mantente informado y escéptico, y pide consejo a profesionales cualificados y de confianza.