Examinando la respuesta de Paul Saladino a las afirmaciones de Sir David Attenborough sobre la sostenibilidad de la carne
Rojo coral: Mayoritariamente Falso
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Amarillo: Mayoritariamente Verdadero
Verde: Verdadero
En un vídeo publicado el 16 de mayo de 2024, el Dr. Paul Saladino, antes conocido como "Carnivore MD", cuestiona la recomendación de Sir David Attenborough sobre los cambios en la dieta, hecha sobre la base de que "si todos tuviéramos una dieta mayoritariamente vegetal, sólo necesitaríamos la mitad de la tierra que utilizamos actualmente". Mientras Sir David Attenborough sostiene que "el planeta no puede soportar miles de millones de grandes consumidores de carne", Saladino discrepa y apoya su propia postura mediante dos afirmaciones principales:
Afirmación 1: "En Estados Unidos, ahora mismo, el 85% de la tierra donde pasta el ganado ni siquiera puede soportar la agricultura vegetal, es demasiado rocosa, demasiado escarpada o demasiado seca".
Afirmación 2: "Lo que tenemos en nuestro país y en nuestro mundo no es una deficiencia de calorías. Tenemos una deficiencia de nutrientes. Y la forma en que los seres humanos pueden obtener más fácilmente nutrientes, vitaminas y minerales, es con alimentos de origen animal."
Aunque es cierto que gran parte de las tierras de pastoreo de EE.UU. no son aptas para los cultivos, esto no significa que los niveles actuales de consumo de carne sean sostenibles. Deben tenerse en cuenta todas las repercusiones medioambientales de los cambios en la dieta. Las recomendaciones generales de "comer más carne" para disminuir las deficiencias nutricionales no están respaldadas por pruebas de que los estadounidenses estén consumiendo más carne que nunca. Aumentar y facilitar el consumo de cereales integrales, frutas y verduras diversificaría nuestras dietas y sería más eficaz para paliar las deficiencias nutricionales.
La afirmación de que comer menos carne te privará de nutrientes esenciales parece totalmente contraria a la recomendación de reducir los productos animales, tanto por razones de sostenibilidad como de salud. Plantear la cuestión como un simple dilema no conduce a un debate significativo y tiende a causar más confusión. Para comprender plenamente la base de la recomendación de Sir David Attenborough, es importante observar el panorama general de la producción de carne en el mundo.
Comprueba los hechos: Recuerda comparar la información con varias fuentes de confianza para confirmar su exactitud, especialmente cuando parezca contradecir las directrices establecidas.
La recomendación de Attenborough se basa en investigaciones que demuestran que si el mundo dejara de consumir productos animales, reduciríamos la cantidad de tierra utilizada para la agricultura en un 75%(comparable a una superficie del tamaño de Norteamérica y Brasil). Por supuesto, se trata de un escenario hipotético utilizado para informar la investigación, y no debe confundirse con la recomendación más realista de reducir el consumo de productos animales.
La interpretación de Saladino del argumento de Attenborough parece implicar una falacia del hombre de paja, tergiversando el punto original sobre la reducción (en lugar de la eliminación) del consumo de carne para abordar los problemas medioambientales. Esta diferencia puede parecer pequeña, pero facilita que se descarten las recomendaciones de Attenborough, que pueden acabar pareciendo equivocadas.
Paul Saladino dice que "la afirmación de que el planeta no puede soportar más consumidores de carne es falsa". ¿Por qué? Según su primera afirmación, la mayor parte de la tierra utilizada para el pastoreo del ganado es inadecuada para cultivar. Analicemos las pruebas aportadas en apoyo de esta afirmación y comprobemos sus implicaciones para la sostenibilidad.
- Pruebas citadas: El primer documento citado por Saladino en apoyo de esta afirmación no tiene nada que ver con la conversión de tierras utilizadas para el pastoreo de ganado en tierras de cultivo. En cambio, el estudio al que se hace referencia sostiene que el método actual de evaluar los gases de efecto invernadero (utilizando el GWP100) falsea el impacto de los contaminantes de vida corta, como el metano. El metano es un gas de efecto invernadero de vida corta pero muy potente en comparación con el dióxido de carbono. Según los investigadores, el método actual puede dar lugar a evaluaciones inexactas del potencial de calentamiento global porque equipara los gases de vida corta a los de vida larga, como el CO2, en un periodo de 100 años, ignorando sus diferentes tiempos de vida atmosférica. Ahora bien, ¿qué significaría esto si aumentáramos la producción de carne para dar cabida a más consumidores de carne, lo que Saladino sugiere que no sería insostenible? Según la investigación que cita, cualquier aumento sostenido de las emisiones de metano contribuiría sustancialmente al calentamiento futuro, agravando la actual crisis climática.
- Verificación de la afirmación: Otros estudios e informes de organizaciones medioambientales y expertos agrícolas corroboran la afirmación de que la mayor parte de la tierra donde pasta el ganado sería inadecuada para la agricultura vegetal. Un estudio, por ejemplo, estimó que el 65% de la tierra destinada a pastos para el ganado no es apta para el cultivo.
- Implicaciones para la sostenibilidad: Insinuar a partir de esta afirmación que los niveles actuales de consumo y producción de carne son sostenibles pasa por alto muchas preocupaciones significativas y las formas en que la agricultura animal utiliza la tierra. El investigador medioambiental Nicholas Carter se refiere a este argumento como el "mito de la tierra marginal".
¿Qué son las tierras marginales? Las tierras marginales son tierras que tienen poco o ningún valor agrícola. Esto puede deberse a que es inadecuada para la producción de alimentos, debido a la calidad del suelo o a otras características físicas. El "mito de la tierra marginal" se centra en la inadecuación de (algunas) tierras de pastoreo para el cultivo, pero pasa por alto cuestiones como la eficiencia en el contexto de la seguridad alimentaria o el impacto sobre la biodiversidad. Según Nicholas Carter
"La contribución de los ecosistemas no arables (marginales) a la seguridad alimentaria es insignificante cuando se convierten en pastos que aportan menos del 2% de las calorías mundiales mientras acumulan enormes costes sociales y ecológicos (Fuente: Union of Concerned Scientists, 2012)."
Entonces, ¿cómo podría contribuir la reducción del consumo de carne a aliviar estos costes ecológicos?
En primer lugar, recordemos que al menos un tercio de los pastizales podrían utilizarse también como tierras de cultivo (Mottet et al., 2017). En segundo lugar, por unidad de proteína, la mayor parte de los alimentos para el ganado son en realidad comestibles para el ser humano (Berners-Lee et al., 2018). Incluso contando sólo los piensos comestibles por los humanos, todo el ganado, incluidas las vacas, sigue utilizando más proteínas comestibles por los humanos de las que produce en Estados Unidos (Baber, Sawyer y Wickersham, 2018) y en el mundo (Berners-Lee et al., 2018). Esto también es cierto por unidad de caloría, zinc y hierro.
Por tanto, un cambio hacia dietas basadas en plantas no sólo liberaría tierras de pastoreo, sino que también reduciría la cantidad de tierra necesaria en todo el mundo para cultivar productos destinados a alimentar al ganado. Nicholas Carter explica que, además de liberar más del 75% de las tierras de cultivo, este cambio también tendría la eficiencia suficiente para alimentar a 3.500 millones de personas más (Cassidy et al., 2013).
Más allá de los usos directos de la tierra que hemos discutido hasta ahora (para criar y alimentar al ganado), también es importante tener en cuenta que existen otras consecuencias indirectas del uso de la tierra para la agricultura animal. Las repercusiones medioambientales de la producción de carne son realmente polifacéticas, y el argumento de Saladino socava el papel desempeñado por la agricultura animal en el impulso de la deforestación y la pérdida de biodiversidad, que a su vez alimentan la crisis climática:
En todo el mundo, el 42% de los pastos solían ser bosques o, al menos, sabanas leñosas (Searchinger et al., 2018).
Además, sólo porque algunas tierras pastadas por el ganado no produzcan alimentos para los humanos y puedan considerarse marginales, no lo son para la fauna que desplazan, incluidas algunas especies clave del ecosistema como los lobos o innumerables pequeños mamíferos. Así pues, aunque parte de la tierra sea marginal, devolverla a la naturaleza es una opción mucho mejor para la reducción del carbono y la biodiversidad de la fauna.
Pasemos ahora a la segunda afirmación de Saladino: que comer más carne también favorecería una salud óptima.
Afirmación 2: "Lo que tenemos en nuestro país y en nuestro mundo no es una deficiencia de calorías. Tenemos una deficiencia de nutrientes. Y la forma en que los seres humanos pueden obtener más fácilmente nutrientes, vitaminas y minerales, es con alimentos de origen animal."
Saladino concluye entonces en el pie de foto de su post: "Los humanos necesitamos comer MÁS carne, no menos...".
La afirmación carece de contexto. Profundicemos, examinando primero el contexto mundial y luego, más concretamente, el panorama de las deficiencias nutricionales en Estados Unidos.
- El contexto global: La forma en que está redactada la afirmación implica que la carne (junto con otros alimentos de origen animal) es la solución a un problema global: las deficiencias nutricionales. Saladino señala que, aunque podamos pensar que las deficiencias nutricionales están asociadas a una ingesta baja en calorías, no siempre es así: el verdadero problema radica en obtener los nutrientes adecuados. La desnutrición es un problema cada vez más complejo que no tiene una respuesta única y directa, en parte porque afecta a las personas de forma diferente en todo el mundo. Es importante señalar que la malnutrición debida a la inseguridad alimentaria sigue siendo una carga enorme en grandes partes del mundo. En otros casos, la malnutrición puede deberse a la mala calidad de los alimentos consumidos (más que a una ingesta baja en calorías), lo que provoca carencias de micronutrientes, que pueden causar daños irreversibles. Es lo que se denomina Hambre Oculta, y afecta a más de 2.000 millones de personas en todo el mundo. También es posible padecer a la vez obesidad y desnutrición. Es un problema creciente conocido como la "doble carga de la malnutrición". Pero, ¿la respuesta a estos problemas es "más carne"?
- Pruebas: Para apoyar el argumento de que el ser humano necesita comer más carne para gozar de una salud óptima, Saladino hace referencia aquí a investigaciones que apuntan a la mayor biodisponibilidad de ciertas vitaminas en los alimentos de origen animal en comparación con los de origen vegetal. La biodisponibilidad se refiere a la proporción de un nutriente que el organismo absorbe y utiliza.
- Verificación e implicaciones para combatir las deficiencias nutricionales: Las pruebas apoyan una mayor biodisponibilidad de ciertos nutrientes que se encuentran en los alimentos de origen animal, pero esto no implica que la respuesta a las deficiencias nutricionales esté en más carne. Tanto los alimentos de origen animal como los de origen vegetal tienen sus propias ventajas y limitaciones en cuanto a la biodisponibilidad de nutrientes. Las recomendaciones para hacer frente a las deficiencias en todo el mundo se basan principalmente en la diversificación de la dieta, el enriquecimiento y la suplementación, y la educación y la política. De hecho, las investigaciones demuestran que aumentar la diversidad de la dieta podría ser la forma más eficaz de paliar la desnutrición. En el contexto estadounidense, hacer hincapié en los beneficios de los alimentos integrales de origen vegetal es parte integrante de la lucha contra las carencias de nutrientes. Ahora veremos por qué.
- Elcontexto estadounidense: Si nos centramos en Estados Unidos, donde se encuentra Paul Saladino, la sugerencia de que EEUU tiene una deficiencia de nutrientes que puede resolverse aumentando el consumo de alimentos de origen animal no se sostiene frente a los patrones dietéticos actuales (véase el gráfico siguiente) ni frente a la ciencia nutricional. Aunque los alimentos de origen animal aportan ciertos nutrientes, EEUU ya consume una gran cantidad de carne, y la verdadera deficiencia radica en el consumo de frutas y verduras. Aumentar la ingesta de estos alimentos vegetales resolvería más eficazmente las deficiencias de nutrientes y promovería una mejor salud general.
La investigación respalda los beneficios para la salud de aumentar la ingesta de alimentos de origen vegetal, señalando la disminución de los riesgos de diversas enfermedades a medida que las fuentes animales de proteínas, especialmente la carne procesada y roja, se sustituyen por fuentes vegetales de proteínas dentro de las cohortes estadounidenses. En particular, el consumo de carne roja tiende a superar con creces las cantidades recomendadas (Fuente: Rust et al., 2020). Cuando Saladino sugiere que necesitamos más carne, no menos, es importante poner las cosas en contexto: ¿qué tipo de carne? ¿más carne que qué? y ¿para sustituir qué? En el contexto estadounidense, la afirmación va en contra de la evidencia de que la gente ya tiende a consumir demasiada carne, sobre todo carne roja y procesada:
"Muchos estadounidenses no alcanzan los requisitos de ingesta de micronutrientes sólo con los alimentos, presumiblemente debido a que consumen una dieta rica en energía y pobre en nutrientes. Alrededor del 75% de la población estadounidense (edades ≥1 año) no consume la ingesta recomendada de fruta, y más del 80% no consume la ingesta recomendada de verduras. La ingesta de cereales integrales también está muy por debajo de las recomendaciones actuales para todos los grupos de edad, y la ingesta de lácteos está por debajo de las recomendaciones para los mayores de 4 años. Las Guías Alimentarias para los Estadounidenses 2015-2020 destacaron los nutrientes que se consumen menos de lo recomendado en la población estadounidense, es decir, los "nutrientes deficitarios", etiquetando a unos pocos como "nutrientes de interés para la salud pública" porque una ingesta baja puede provocar efectos adversos para la salud: La vitamina D (efecto adverso para la salud: osteoporosis), el calcio (osteoporosis), el potasio (hipertensión y enfermedades cardiovasculares), la fibra dietética (mala salud del colon) y el hierro (anemia en niños pequeños, mujeres en edad fértil y embarazadas) fueron etiquetados así. Otros nutrientes, como las vitaminas A, C y E; la colina y el magnesio, fueron identificados como también subconsumidos por la población estadounidense." Fuente: Victoria J. Drake, Doctora por la Universidad Estatal de Oregón.
El razonamiento de que más carne mejorará la salud porque es rica en nutrientes se basa en una imagen incompleta, ya que no tiene en cuenta la otra cara de la moneda, sobre todo en Estados Unidos, que se encuentra entre los países que más carne consumen:
También existe la otra cara de la moneda, que no puede ignorarse. Aunque comer cierta cantidad de carne puede ser beneficioso, también puede ser perjudicial comer demasiada cantidad de algunos tipos de carne". (Coburn 2021: 152)
Numerosos estudios han señalado asociaciones entre un mayor consumo de carne procesada y roja y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, así como determinados cánceres. Es importante señalar que tanto el grado de exposición como el tipo de carne consumida afectan a ese riesgo, de ahí las recomendaciones de reducir especialmente el consumo de carne procesada y roja.
Conclusión final
Reconocer el valor nutritivo de los productos animales no debe restar importancia a la recomendación de reducir el consumo de carne, sobre todo de carne roja, y de otros productos de origen animal. Curiosamente, el consejo de reducir especialmente el consumo de carne roja parece servir tanto para cuestiones de sostenibilidad como de salud. En un momento en que el cambio se necesita rápidamente, las recomendaciones amplias al público que van directamente en contra de las directrices nacionales pueden causar confusión y contribuir a socavar la confianza en los expertos.
Nos hemos puesto en contacto con Paul Saladino para pedirle comentarios y estamos esperando una respuesta.
Fuentes
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Baber, J.R., et al. (2018). Estimación de la eficiencia de conversión de la proteína comestible humana, la contribución proteica neta y la producción de metano entérico de la producción de carne de vacuno en Estados Unidos. https://doi.org/10.1093/tas/txy086
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Boucher, D., et al. (2012). ¿Una elección de calidad? Soluciones para una carne sin deforestación. Unión de Científicos Preocupados. https://www.ucsusa.org/sites/default/files/2019-09/Solutions-for-Deforestation-Free-Meat.pdf
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Cassidy et al. (2013). Res. Res. Lett. 8: 034015
Chungchunlam, S. M. S., & Moughan, P. J. (2023). Biodisponibilidad comparativa de vitaminas en alimentos humanos procedentes de animales y plantas. https://doi.org/10.1080/10408398.2023.2241541
Coburn, C. (2021). Suficiente: Cómo tus elecciones alimentarias salvarán el planeta. Londres: Gaia.
Garnett, T., et al. (2017). ¿Pastoreado y confundido? Rumiando sobre el ganado, los sistemas de pastoreo, el metano, el óxido nitroso, la cuestión del secuestro del carbono del suelo - y lo que todo ello significa para las emisiones de gases de efecto invernadero. FCRN, Universidad de Oxford.
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Nuestro mundo en datos:
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Sentient Media: https://sentientmedia.org/meat-consumption-in-the-us/
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